martes, 24 de junio de 2014

William

Mucho recuerdo de su historia, o mejor de la que viví mientras estuvimos juntos. Fue su figura alta y esbelta la que llamo mi atención desde el comienzo, pero fueron sus piernas fuertes y torneadas las que mas me fascinaba ver mientras se desplazaba por la cancha de fútbol del barrio; a veces cuando hacia de arbitro o entrenador y otras cuando hacia la portería, con una arrogancia y una pose altanera, conocedor de sus atributos y se juventud, se pavoneaba dueño de toda la cancha y del juego completo. Mi cuerpo experimentaba muchas sensaciones cuando lograba verlo, mi mente imaginaba fantasías mientras mis ojos lo seguían hambrientos, mientras el bus corría veloz y levantaba una cortina espesa de polvo que no impedía que disfrutara de esa vista.

No importa como lo descubrí, lo he olvidado pero recuerdo que fue un arrebato lo que me hizo un día bajar del bus y atravesar decidido la cancha de fútbol, mis piernas de pronto empezaron a traicionar mi ímpetu y casi quede paralizado cuando al acercarme me miro fijo y en un tono autoritario apago mi tímido saludo por una orden: espérame, y yo no logre pasar saliva por mi garganta que de repente estaba seca. Fue una rápida sonrisa que ilumino ese rostro atractivo que mostraba la influencia del fuerte sol en su piel, luego guiño un ojo y se dirigió a su juego con total indiferencia, como si yo hubiese sido poco mas que un transeúnte despistado que se metió por error a l cancha de juego, mientras tanto mi mente comenzó un vértigo y mientras el corazón me latía con fuerza mis piernas flacas me levaron lentamente hacia una de las esquinas mas sombreadas donde busque un sitio para sentarme a esperar dispuesto a cumplir la orden que me dio o simplemente a esperar pues ya había decidido que lo esperaría.

La tarde transcurrió lentamente y yo me aburrí pero eran grandes mis expectativas por ese encuentro y por esa razón espere hasta que la noche fue adueñándose de la cancha, unos se fueron;  los mas chicos, otros fueron dispersándose hasta quedar algunos grupos de los mas adultos, pronto solo se veían las siluetas entre la noche caleña fresca con una brisa que bajaba rauda desde la montaña y se estrellaba en el césped y la calle de tierra. Por fin se acerco con la misma actitud de pavo real que acostumbraba, se acerco tanto que pude sentir su aliento fuerte y el calor de su cuerpo con el torso desnudo y fuerte, puso sus piernas fuertes cruzadas muy cerca de las mías y eso me produjo una sensación agradable como de abandono, mi cuerpo estaba ahora relajado como si fuera lo mas natural del mundo estar juntos ahí entre la noche y el patio de juegos del barrio melendez.

Me pregunto que si yo era de ambiente, cosa que no entendí pues pudo haberme preguntado si era comunista o parlamentario, era una palabra completamente desconocida para mi y su significado todavía mas, por eso no me moleste en tratar de preguntar sino que fui lo mas asertivo posible y entre una confusión en mi mente y un querer ser muy actual le conteste que si: debí haber sido menos estúpido, no era el momento, no fue inteligente de mi parte pues de repente el encuentro se transformo en una situación desagradable para mi. Me dijo que lo besara y me ofreció su boca gruesa, me tomo con uno de sus brazos y me apretó mas junto a su cuerpo, pero no fue dulce, fue otra orden con la misma actitud arrogante, fue un momento en el tiempo que sello nuestro encuentro, solo sentí su lengua áspera y húmeda tocando mis labios , un sabor nuevo ,extraño y desagradable dejo su boca en mi y yo lamente horriblemente ese instante para siempre.

El año pasado una colombiana que es hermana de una amiga mía aquí en panamá me contó que había muerto unos meses atrás, no estaba seguro de su muerte, pero esta no es el final de su historia o de mi historia cuando estuvimos juntos, es la conclusión de una duda que se disipa sobre su destino. La primera vez juntos fue igual que nuestro primer encuentro, su misma actitud y su misma pose de gran amante dándome ordenes sobre que y como hacer algo; desnúdate, que te voy a hacer el amor, sin mirarme con ternura, ni amarme, solo trato de dejar en claro quien era el que mandaba y dominaba, yo entre mi curiosidad y mi deseo le di de su misma dosis, después me reclamaría que yo era un palo pues no mostré ni una sola gota de emoción y eso lo ofendió y lo alejo para siempre, no fuimos compatibles en el sexo y no conocíamos de ninguna manera como mostrarnos afecto,mucho menos ternura pero aun así después con el tiempo llegamos a compenetrarnos tanto que hacíamos a veces simbiosis por la afinidad que logramos en el tiempo que vivimos nuestra historia.

Una noche en el tiempo viaje con el en el primer salto hacia la tristeza y la aventura desde Cali hacia la capital entre el llanto de mis amores perdidos y el dolor de el desprecio por mis sueños rotos que no tuve tiempo de recoger y llevar conmigo hacia el futuro; Alexander, dueño de todas mis angustias y mis delirios de amores de fantasía, poseedor de una belleza impetuosa y del cuchillo de desprecio que rompió mi alma inocente y soñadora. Alex, tan amado, tan deseado y tan distante mientras mas me alejaba para nunca mas volver a verlo. Fue William quien se encargo de no dejarme flaquear y a cada duda forzarme a no desfallecer y empujarme a seguirlo con la promesa de que el día siguiente seria mejor, seria diferente, un paso hacia adelante para dejar atrás de mi un sueño horrendo al que yo me aferraba con fuerza y padecía, fue de su mano aunque nunca me la ofreció que alce un vuelo nocturno hacia lo desconocido la noche aquella en que en las montañas de la cordillera central subiendo la linea, mientras los militares revisaban el equipaje de los pasajeros del bus, el me dijo quedamente al oído que tuviese calma y no me asustara; yo no entendí hasta cuando reanudamos la marcha que me mostró que cargaba granadas de mano, con que propósito? aun hoy no logro entender para que el las llevaba consigo.

Anoche recordaba como fue nuestra llegada a Bogota y el trauma de los primeros días cuando finalmente tuve que decirle que cogiera su camino en una noche fría en la capital mas fría del mundo donde ni los fantasmas salen a deambular por las calles largas y solitarias, yo no podía cargarlo y el lo sabia, el aprovechaba al máximo mi necesidad de compañía y yo lo aproveche también hasta que se convirtió en un estorbo pero este tampoco fue el fin de nuestra historia mientras, estuvimos juntos, solo era el comienzo, una parada de el tren de media noche que nos transporto a la vida viciosa y fría de la gran ciudad. Poco tiempo después apareció y se quedo por muchos meses entre los que desaprecia por unos y aparecía de nuevo con una historia sórdida y delirante, el fue creador y testigo de la historia que vivimos mientras estuvimos juntos.

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